viernes, 10 de julio de 2015

Lavados de cara...

Después de unos meses de reflexión y un pequeño lavado de cara, abro de nuevo el Cuaderno de Espiral.

En mi afán por comentar algunos de los temas de actualidad en los medios de comunicación y redes sociales, tengo que dedicar este post al nuevo logo que el PP presentaba ayer. Otro lavado de cara más, sin jabón y casi sin agua, que el partido quiere dar antes de las próximas elecciones.

Su nuevo responsable de comunicación, aparecía orgulloso y lo describía como diáfano, moderno, más centrado, (pero solo el logo, no?), minimalista y en la línea de Apple (en la línea de Apple, dónde?)... Los comentarios, opiniones y memes (contenidos que se producen para internet y se reproducen de forma viral, la mayoría de las veces de corte humorístico) no tardaron en aparecer en las redes sociales...como era de esperar. Incluso el hashtag #LogoPP se convirtió en trending topic.
Algunos ven en el nuevo diseño, el círculo de Podemos engullendo las dos "P´s", hay quien ha descubierto las cejas de ZP en la forma de la gaviota, y a ésta enjaulada en el círculo y otros directamente han transformado dicho círculo en un cuadrado para convertirlo en un sobre...

En todo caso, ojalá su problema fuese el logo!. Este lavado de cara (sin jabón y casi sin agua) al que me refería al principio, no es suficiente, ni siquiera para algunos miembros del propio partido. Se necesitaría un buen estropajo de alambre, lejía y mucha agua caliente, para eliminar toda la suciedad acumulada en su seno durante años, cual cocinas de Chicote y un buen arquitecto capaz de llevar a cabo una remodelación sin miedo. Es decir, lo que sería una renovación de verdad y a fondo y que ven fundamental tanto sus propios votantes, como los más alejados de su ideología.

Nos espera un período apasionante hasta la próxima cita con las urnas. Nuevos partidos, renovaciones en los ya existentes, formaciones que desaparecen, otros se reorganizan, algunos se van...una amalgama de siglas que tendremos que ir desgranando y analizando con detenimiento, mirando con lupa también a aquellas que, surgiendo como adalides de la transparencia y el buen hacer, empiezan a caer en contradicciones . Algunos ciudadanos seguramente ya tendrán claro su voto, otros aún reflexionarán mucho hasta entonces, pero viendo los resultados de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, es casi seguro que el parlamento se teñirá de múltiples colores a partir de noviembre, abriéndose así una nueva legislatura de pactos, consensos y sobre todo (esperemos) más diálogo.


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